La orientación que facilita
el aula de apoyo en el contexto escolar consiste, en la educación sobre el
propio proceso educativo: en la instrucción y capacitación de los alumnos para
sus procesos de aprendizaje. La investigación educativa más reciente ha
destacado la importancia de las capacidades generales y de los aprendizajes de estrategias
de control, que dirigen el desarrollo y desempeño de otras capacidades y
aprendizajes más concretos, así como el uso de destrezas rutinarias. Una parte
de esas capacidades se recoge bajo el nombre de "metacognición", que
quiere decir: conocimiento acerca del propio conocimiento, conciencia acerca
del propio pensamiento.
El apoyo educativo atiende
al carácter personalizado de la educación. Ese carácter personalizado,
consiste, a su vez, en dos elementos:
De individualización: se
educa a personas concretas, con características particulares, individuales, no
a abstracciones o a colectivos genéricos.
De integración: se educa a
la persona completa, y, por tanto, hay que integrar los distintos ámbitos de
desarrollo y las correspondientes líneas educativas.
La educación personalizada
se contrapone a la parcelación de los conocimientos, tal como han impartido en
la enseñanza tradicional. También se contrapone al descuido de la personalidad
concreta de los alumnos, cuando éstos no son más que una abstracción o un
número dentro de la clase. Destacar la función de apoyo de la docencia es poner
en primer plano aquellas características de la educación, por las que ésta no
se reduce a mera instrucción y constituye, en verdad, educación individualizada
de la persona entera.
La propuesta de aula de apoyo es la propia educación en el aspecto de
maduración de la personalidad de cada alumno concreto y de la concreción de su
camino en la vida. Desde este punto de vista, el énfasis en la propuesta del
aula de apoyo destaca que los aprendizajes han de ser funcionales, estar en
conexión con el entorno de los alumnos y guardar relación con el futuro
previsible que a éstos les aguarda o que, más bien, activamente llegarán a elegir.
El proceso orientador articula los aspectos sociales e individuales de la
educación y ha de contribuir a entroncar la función socializadora del centro
educativo en el desarrollo personal de los alumnos.
La acción del aula de apoyo,
en particular la del tutor, incluye a veces, desde luego, una comunicación
personal del profesor con cada uno de sus alumnos, en unos tiempos y con una
intensidad que, por lo demás, variará mucho de unos a otros. Pero muchas de las
acciones de tutores y de la actividad orientadora tendrán lugar con grupos de
alumnos, o también con sus padres, que, si han de ser colaboradores del
profesorado en la educación de sus hijos, con mucha mayor razón han de serlo en
los aspectos orientadores de la educación.
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